martes, 26 de mayo de 2020

El vestido

Hoy, harta de mirarme al espejo
hoy, harta de analizar cada pequeño defecto, cada pequeño detalle
minuto a minuto deseando estar en otra piel
cualquiera con la condición de que no fuese la mía
quizás una sin estrías, sin pecas, sin cicatrices
quizás con un poquito más por aquí
y un poquito menos por allá
así sería perfecta, verdad?

Hoy, harta de mirarme al espejo
hoy, harta de juzgarme
sin ser nunca suficiente
sin ser nunca válida

sin ser

nunca

y

sin nunca

ser.

Minuto a minuto sintiéndome insegura
cuestionando si debería llevar mis shorts favoritos
esos que me encantan
pero que hacen que mis muslos se vean horribles
cuestionando si debería comprar ese vestido que tanto me gusta
demasiado ajustado para mi cuerpo, quizás marque demasiado mi figura.

Hoy, un día de muchos, un día de demasiados
que no me quiero
que no me cuido
que no me acepto
que no me respeto.

He recordado a aquella niña que no podía ni mirarse al espejo
porque le daban ganas de llorar
porque era incapaz de soportar su propio reflejo.

He recordado a aquella niña que decidió renunciar a todo color y vivir cada día de luto
cada día triste
cada día en blanco y negro
porque quería pasar desapercibida
porque no quería llamar la atención.

He recordado a aquella niña que empezó a tirar todos los bocatas en la hora del patio
la misma que dejó de comer
la misma que empezó a vomitar
porque no me sentía con el derecho de disfrutar de la comida
porque no creía que lo mereciera.

He recordado a aquella niña que con tan solo 12 años le suplicaba a su madre
le suplicaba que la dejase operarse
le suplicaba que le comprase mil cremas
porque odiaba sus pecas
porque si la quería de verdad le dejaría hacerlo.

Hoy,  21 años más tarde, he terminado por ponerme el vestido más corto y ajustado que tengo
porque es cómodo
porque es bonito
porque hace calor
porque me apetecía
segundos más tarde he empezado a cuestionarme si debería haberlo puesto
que quizás se me marca demasiado ese pequeño michelín debajo del ombligo
que quizás mis muslos están demasiado a la vista, demasiado grandes.

Hoy, preocupada le he preguntado a mi madre si me quedaba bien
que me veía esto mal
y aquello también
demasiado ajustado
demasiado corto
demasiado para mi
demasiado para lo que soy.

Su respuesta ha sido la siguiente
"Eso es lo que más te preocupa en esta vida?"

Hoy, en ese preciso momento me he dado cuenta de muchas cosas
y me he empezado a cuestionar tantas otras
cuanta vida habré perdido
sin quererme
sin respetarme
sin amarme
sin aceptarme
cuanta vida habré perdido
pensando que todo lo que soy, que todo lo que tengo que ofrecer a este mundo
está definido
por un vestido.










No hay comentarios:

Publicar un comentario

La ciudad

Ayer cada calle llevaba tu recuerdo ayer la ciudad se me hizo grande al no encontrarte y es que hubiera dado todo por que esta maldita ciuda...