lunes, 14 de enero de 2019

Primavera

Este no va a ser un poema triste,
ni mucho menos una despedida,
sabes mejor que nadie que me siguen costando ese tipo de cosas.

Últimamente lo he estado pensando,
esta vez quería escribirte,
y hacerlo como te mereces.

Sé que te prometí poder leer algo mio un día de estos,
supongo que nunca imaginaste que alguien pudiese acabar escribiendo sobre ti,
nunca creíste poder pertenecer a esa "clase" de chica,
aquella por la que el poeta escribe sus versos de madrugada,
aquella por la que los cerezos florecen,
como en el poema de Neruda que tanto te gustaba.

Hoy te escribo,
un poco tarde, lo sé
aunque me esfuerzo,  el paso del tiempo aún me pesa,
y esta es la única forma de sentirte un poco más cerca de mi.

Eras valiente,
tu me enseñaste que no siempre hay que ver para creer,
eras una persona-corazón,
porque querer te ensanchaba el alma,
te hacía fuerte,
invencible,
te daba un motivo día tras día.

Brillabas tanto que ni tu misma te veías,
me enseñaste a sonreír, a hacerlo aunque no tuviese ganas,
y, por supuesto, a luchar también,
nunca nos gustó eso de sentirnos princesa,
nosotras éramos fuertes, las reinas del castillo
de las que miraban al dragón a los ojos , dispuestas a darlo todo en la batalla,
dos adolescentes decididas a cambiar el mundo.

Tu me has hecho más fuerte, más valiente,
y sobretodo feliz,
gracias por haber creído desde el principio,
gracias por verme cuando ni yo sabia mirarme,
gracias por darme motivos,
gracias por hacerme brillar.

Este es uno de tus muchos poemas,
mi mejor musa,
te voy a echar de menos, lo sabes
te quiero,
lo sabes.








La ciudad

Ayer cada calle llevaba tu recuerdo ayer la ciudad se me hizo grande al no encontrarte y es que hubiera dado todo por que esta maldita ciuda...