Nunca sabrás que sigo escribiéndote,
porque a pesar del tiempo y gracias a unas vueltas de más,
te escribo.
Y no sabrás nada,
porque al fin y al cabo nunca lo hiciste.
Hay días que te pienso,
lo hago en silencio y susurrando bajito,
para que nadie se de cuenta,
para que nadie lo note,
porque así duele menos.
Nunca serás capaz de imaginar lo que te quise,
y espero que nunca llegues a querer así,
porque querer de esa forma ahoga,
quererte de esa forma me hizo pequeña.
Nuestra historia fue como un salto de fe,
cerrar los ojos , apretar los puños y coger aire,
dar un salto al vacío,
esperando que haya algo que pare la caída,
que amortigüe el golpe.
Y desde ese día no creo,
no quiero un para siempre si es contigo,
casi me he olvidado,
casi he olvidado todo,
casi me he olvidado de ti.