lunes, 30 de diciembre de 2024

La profecía

No sé en que momento nuestras converjentes pasaron a ser divergentes

me siento como una niña a la que lo compran sus zapatos favoritos justo al inicio del verano

pero que con el paso de los meses, y al llegar el otoño

se da cuenta de que no puede seguir usándolos.


Seguimos estando hechos el uno para el otro? 

o ese concepto ya ha pasado de moda?

o simplemente nos hemos encaprichado de un futuro que nunca se dará?

nos hemos abandonado tanto en esta relación 

que no sé que sucedió primero

el perdernos como pareja o el perdernos a nosotros mismos

aunque el final ha terminado siendo lo mismo.

Hemos visualizado tantas veces nuestro futuro

que parece que vivamos en él

siento como se agiganta el nudo en mi garganta 

me gustaría que sepas que no sé que haré si en un futuro me faltas

y temo a ese futuro hipotético casi lo mismo que temo permanecer así, 

permanecer aquí.

Cuantas veces te he mirado 

cuantas no te has dado ni cuenta

cuan de lejos tengo que estar, para sentirme más vacía, a tu lado, que en soledad.

Me gustaría decirte que no tengo fuerzas, pero no es cuestión de poder, es cuestión de querer.

De estar aborrecida, y aturdida, y distante, y pensativa, y reservada, y amargada, y sentirme atrapada, incomprendida e invisible.

De sentirme fuera de lugar, y en medio, de sentirme ansiosa, y deseosa a la expectativa de un milagro, y de un futuro mejor.

Parece que no importa cuánto corro tras él, porque él siempre parece correr más rápido ( de mí ).

Soy un cuerpo estéril en el que no es capaz de florecer ni el ínfimo atisbo de vida, 

soy un recipiente inservible.




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